CAPITULO II
REENCUENTRO CON MIS AMIGOS
Hola amigos, tras una noche con dulces sueños, me levanto con ganas de vivir un nuevo día lleno de nuevas sensaciones y a ser posible, alguna aventurilla o curiosidad.
Hoy es un día soleado, y lleno de color, en el que comienzo saliendo al jardín, dando unas carreritas con mi pelota, otra carrerita a mis amigos los gatos vecinos, y me subo a la escalera de mi hórreo desde el que observo y diviso el mar, y a todo lo que nos rodea, aves, personas, automóviles, gatos, caballos, en fin todo ser viviente u objeto que se pueda mover, yo lo puedo controlar y observar desde este lugar, como podéis imaginaros me encanta sentarme allí durante grandes periodos de tiempo. Me está llegando en este momento un recuerdo, que creo os debo de contar, pues tiene que ver con otro de mis amiguitos que yo os presenté al inicio de este libro, y fue el modo en el que conocí a mi amiga la ratonita Tana, que por cierto puede aparecer en cualquier momento, cuando se entere que ya he vuelto para comenzar mis vacaciones.
Pues bien, fue aquí en el hórreo, subiendo las escaleras para sentarme, cuando vi a una ratoncita que tenía dificultades, pues pretendía pasar de las escaleras a la entrada del hórreo, y como resulta muy difícil para una ratoncita poder atravesar esa distancia, dado que está diseñado exactamente para que tenga esa dificultad para estos animalitos, cuando estaba a punto de caerse al vacío, yo la cogí y la ayude a subir, no habiendo sufrido ninguna lesión. Fue uno de los momentos más bonitos e importantes de mis vacaciones pasadas, pues desde ese momento fuimos grandes amigas, y en cuanto tenemos oportunidad nos vemos y pasamos muchas horas juntas aquí en Asturias.
Pues bien, no se si conocéis o habéis vista alguna vez un hórreo, lo cierto es que tenemos uno en el jardín, y para mi es mi refugio y lugar preferido, por lo que os contaré que es y para que servía y sirve actualmente.
Es un edificio de madera, con una estructura particular y específica de Asturias, formando parte de su folklore e identidad asturianos. Se utilizaba como despensa, almacén y en raras ocasiones de habitación. Está elevado sobre grandes y altos pilares de granito llamados pegollos, para evitar la humedad del suelo, e impedir que penetren en el interior roedores y otras alimañas que pudiesen comerse las mercancías almacenadas, que además de la cosecha, productos cárnicos y lácteos, aperos de labranza, arcas con ropas.
Sus características más destacadas, son su cubierta de cuatro aguas y la posibilidad de ser trasladado de lugar indefinidamente sin que sufra su estructura. Sus piezas van todas encajadas o fijadas con tornos de madera a presión. Se transporta fácilmente en dos o tres carros de bueyes y la estructura equilibrada de su cubierta a cuatro aguas, con respecto a la caja y al juego de fuerzas ejercidas. Era muy importante vigilar la colocación de las tejas, para evitar que fuesen levantadas por los temporales.
El origen de su nombre hórreo podría estar relacionada con el oronímico (perteneciente a lo relativo a nombre de montaña, de cordillera, de colina etc.) orro, de raíz preindoeuropea (*), cuyo significado sería lugar elevado, la característica más significativa de los hórreos.
Asturias cuenta con un gran número de estas construcciones, ya que antiguamente cada caserío contaba con al menos un hórreo para preservar la cosecha de la humedad y los roedores (pues si estos intentaban subir al hórreo, no podían, dado que entre la escalera de piedra y la subidera (peldaño de madera para acceder a la puerta de entrada había una separación) que las personas pueden perfectamente saltar, pero no los ratones u otros animales de similar tamaño y características. Por las transformaciones agrarias de los últimos años han reducido en gran medida la utilidad de los viejos hórreos así como su número y muchos de ellos se encuentran en lamentable estado de ruina, así como también, las personas que aman Asturias y son entusiastas de su tierra y costumbres como mis papás, han decidido construir uno en su propia casa, no ya con los fines que tenían en su origen para almacenar alimentos o instrumentos de labranza, sino como trasteros, habitación, o lugar de recreo y ocio, como es nuestro caso. Como información os diré que todos los hórreos están catalogados y registrados, tanto es así que si quisiéramos quitarlo del jardín, deberíamos pedir autorización al Principado de Asturias, de lo contrario podrían multarnos, ¿curioso verdad?.
Bueno, estoy alargándome mucho, pues me está llamando mi amita para jugar a la pelota, y tengo que ir, si tardo en llegar se asusta, y además me encanta, pues cada vez que llego me dice cosas muy bonitas y me da besitos.
(*)Indoeuropeo, -a
Adj.-s. etnog. Dic. de la familia de pueblos de raza blanca que hablan lenguas de flexión procedentes de un tronco común basado en una estructura lingüística abstracta. Las ramas lingüísticas constitutivas de este modelo genético, llamado también ario o indogermano, son: indoiránica, armenia, griega, italocéltica, germánica y baltoeslava. Procedentes del Asia occidental, según se cree, la dispersión de los pueblos indoeuropeos comenzó en el tercer milenio a C, en casi toda Europa, en la mayor parte de Asia y de Oceanía y en una parte importante de África.