Cada vez me crea más sensaciones de tristeza, desesperanza e incredulidad sobre todo, el escuchar los tejemanejes de nuestros políticos, con el dinero público, y la utilización que hacen tras sus fechorías de él. Es decir, no he oído que tengamos ni un solo Robin Hood, porque podía ser, que alguien que está dentro de la política, por convicción y por vocación, en el noble acto de servir a los demás buscando el bienestar y bien hacer por el ciudadano, ya harto de ver en su entorno la cantidad de inútiles, egoístas y desmadrados compañeros hubiera decidido tomarse la justicia por su mano, y se habría puesto manos a la obra, es decir, robar para repartir a quien lo necesitara después. Pero está claro que esto es un sueño, pues la realidad, es que la mayoría de ellos roban para ¿que?, para comprarse coches de lujo, a ser posible cinco en lugar de dos, cuadros de personajes de moda, ropa y zapatos de marca, relojes, joyas, y sobre todo, beber, beber mucho vino, y champagne de cientos de euros la botella, acompañado de ricos mariscos, embutido, o viandas de la mayor calidad, todo ello para enriquecer el ¡espíritu!, y eso sí, después buenas juerguecitas con señoritas, que con un poco de suerte tendrán la edad establecida para ejercer, siempre y cuando no sea con alguien del mismo sexo, que eso también está de moda.
Es penoso, que seres tan mediocres y faltos de dignidad, entusiasmo y falta de amor por la vida, por enriquecerse como personas y no como puros objetos vacíos de contenido, además con la idea de que son intocables, los mas guapos y los mas listos,, y lo que es peor, piensan que somos imbéciles todos los demás, que mira por donde, son de quienes reciben la pasta y a quienes se lo roban para llevar a cabo su vida de fechorías y despropósitos. Se puede ser mas ¡miserable y ¡mediocre!, yo sinceramente pienso que no, y es mas, en ocasiones llego a sentir vergüenza ajena, incluso, creo que somos realmente poco serios con nosotros mismos, al permitir que esto ocurra, y una vez haya ocurrido no utilizar los medios o modos para erradicar de raíz tanta desvergüenza y falta de dignidad para si mismos y los demás.
Solo deseo que sepamos actuar en estos casos como afectados, y lo sepamos hacer de forma favorable para el bien de todos, y es castigando con la ley a estos individuos, y pagarles con la moneda de la fortaleza, de la justicia, y que sufran en sus carnes tanto devaneo y tanta desfachatez para los que les han contratado, y les han dado su medio de vida, en la confianza y la creencia de que eran las mejores personas y los mejores profesionales para hacerlo, de no ser así, a casita, pero en estos casos a la cárcel, con los bolsillos y el macuto de lo humano totalmente vacío y lleno de agujeros. ¡Tienen que aprender a respetar a las gentes de bien, y a los que les dan de comer!. No permitamos que esto se convierta en una costumbre, y en una forma de ensuciar nuestro entorno, nuestra vida, nuestro espíritu de seres humanos, y nada más. ¡Casi nada!