Queridos amigos, lo cierto es que llevo ya tiempo que no escribo nada en el blog, y ciertamente no es por no tener ganas de hacerlo, pero he de confesar, que siendo como es una ventana abierta a la esperanza y las ganas de vivir, he de confesar que me cuesta transmitiros estos pensamientos y esta energía, pues dado los tiempos que nos ha tocado vivir, no quisiera que mis mensajes puedan parecer de algún modo, cursis y carentes de convicción.
Pero tras meditarlo todo esto, he llegado a la conclusión de que, es en estos momentos, en los que debemos recordar lo que somos, y la capacidad que tenemos los seres humanos, para crecernos en la adversidad. Tanto es así que simplemente con que reflexionemos un poco, lo vamos a ver todos muy claro.
Cuando los seres humanos se unen y dan lo mejor de sí, es en los momentos en los que surge una tragedia, lo podemos constatar en cantidad de desastres que desgraciadamente ha tocado vivir en los más diversos lugares del planeta, y de los modos y formas más diversos, desde inundaciones, incendios, etc. (desastres naturales), hasta ataques terroristas, accidentes aéreos, o cualquier otro medio de transporte, que han dado origen a numerosas muertes y heridos, que han conseguido en el momento de originarse unir a millones y millones de personas, para paliar el dolor, y ampararles en sus necesidades primarias, así como en su futuro en algunos casos extraordinarios.
Es en este momento, en el que las cifras de parados se dispararan, cuando nos agarramos a la familia , la que nos apoya, y la que hasta el límite de sus posibilidades intentará paliar tu situación de desamparo e impotencia. La misma familia que nuestros políticos están empeñados en destruir, y hacernos ver que está trasnochada y camino de su desaparición. Es en estos momentos en los que las parejas, si, puede que tengan graves problemas, pero también están condicionados a estar juntos en la adversidad, y en la lucha por sacar adelante a su prole, su hogar, su proyecto, lo que le motiva e incentiva para luchar cada dia, con más o menos entusiasmo, con más o menos convicción, pero con la certeza de que es lo que tienen que hacer, que tienen que sobrevivir y salir adelante.
Y a nuestros jóvenes, a los que les hemos vendido la moto de que todo es maravilloso, que en la virtualidad todo es posible y asequible con el mínimo esfuerzo, que solo desear tener algo es suficiente para tenerlo, pues bien, ahora ¿que hacemos?, ¿que les contamos?, cuando salen a la calle, a la realidad que hemos creado y que hemos consentido crear, pues no nos engañemos, todos de algún modo, bien por secundarlo, o por obviarlo, o por indiferencia, por dejadez, hemos acrecentado su establecimiento en nuestras vidas, en nuestro presente y en nuestro futuro, que solo, dándonos cuenta de la situación, asumiendo nuestros errores, y teniendo claro que esto hay que enmendarlo, podremos salir airosos, es más, reforzados con el aprendizaje del que ha vivido, y sentido de cerca las situaciones más adversas e inimaginables, para luego deleitarnos con las mieles de la coherencia, de la emoción en lo que tengo que descubrir, con el entusiasmo en ser parte de algo creativo, bueno, con solo dar lo mejor de sí mismo, y no algo impuesto por los políticos de turno.
Hay que ser generosos, no escatimar esfuerzos en aportar sentimientos, valores y enseñanzas de nuestros mayores, no ridiculizar ni menospreciar, a quien piensa que no es necesario vivir con tanta fantasía virtual, y acercarse más a las vivencias humanas, con la amistad, la comunicación, la curiosidad, el deleite de la naturaleza y el conocimiento, la capacidad de soñar, el buscar lo mejor del prójimo ante todo, el hacer las cosas más fáciles día dia a las personas de nuestro entorno, y a más si se tiene posibilidad, pues esto es lo único que puede hacer que nuestra desastrosa situación actual vaya cambiando a mejor, y enraizarse en lo más profundo de nuestra sociedad, y sobre todo, airear nuestra dignidad como seres humanos, no dejarnos abasallar ni arrastrar, formando parte de un rebaño llamado "la ciudadania", a la que intentan manejar y dirigir sin posibilidad de opinar.
Hay que demostrar a nuestros políticos que somos ante todo personas, que de nosotros depende el bienestar de la sociedad y no de ellos, puesto que somos nosotros con nuestro trabajo, nuestra formación, nuestro ejemplo de vida civilizada, los que les consienten a ellos que vivan de su trabajo, que no es otro, que el de administrar lo que nosotros les proporcionamos para el objeto común de la convivencia social, de la creación de oportunidades, de riqueza, de afianzar el presente, y crear poco a poco un futuro, que no es otro, que el de nuestros propios hijos, nietos, familiares, y el de ellos también, por lo tanto hay que equilibrar las balanzas “de la sociedad” y de “los políticos”.
Hay que destruir la profesión de político, y hay que hacer de ella lo que es, una vocación de mejorar la sociedad, la vida de todos los ciudadanos, y crear armonía suficiente, como para poder soportar malos momentos con verdadera fuerza y convicción, cosa que no ha sucedido en estos momentos de caos, y por ello estamos donde estamos.
Bueno amigos, no os canso más, pero con este pequeño pensamiento, quiero iniciar mi acercamiento a vosotros, con todo mi corazón, y con la esperanza de que a alguien le sirva de estímulo y de apoyo estas mis ideas y sentimientos. Soy ante todo un ser humano, quiero serlo y necesito ejercer como tal, os puedo asegurar que no me avergüenzo de ello, es más, creo que es lo mas bello y maravilloso que hay en este increíble y único planeta tierra, al que quiero, respeto y del que aprendo cada día.
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